El 30 de enero de 1930 realiza su primer vuelo el Tupolev ANT-10, R-7 para la fuerza aérea soviética. Se trata de un prototipo de avión monomotor para misiones de reconocimiento y bombardeo ligero, con la intención de sustituir al R-1 (Airco DH-9 copiado en Rusia, del que había unos 2500 ejemplares en servicio). Sin embargo, solo se construyó el prototipo.
El avión era un sesquiplano (ala superior de mayor envergadura que la inferior) con estructura en duraluminio, propulsado por un motor BMW VI de 680 cv, importado, y era capaz de llevar una carga de bombas de hasta 500 kg en una bodega interna, lo que hacía que piloto y observador/artillero estuviesen muy retrasados en el fuselaje
Las características de vuelo eran ligeramente superiores a las del Polikarpov R-5. El fuselaje de madera, se disponibilidad en gran número, y que era más barato de producir, hizo que la fuerza aérea prefiriese mantenerlo. La escasez de metales de ese periodo en la URSS, también jugó en contra del R-7.