Se acabó el «Que inventen ellos»

Aerogenio Fernando Gallego
Este es el Aerogenio de Fernando Gallego. Patentado en 1932, debía despegar verticalmente por aire comprimido. Gallego también propuso por esa época un túnel submarino para unir Europa y África a través de Gibraltar.

«Que inventen ellos» es una frase muy común, y de conocido prestigio entre la sociedad española, pero totalmente falsa. Los españoles siempre hemos estado en la vanguardia científica y técnica. Fíjense que hablo de los españoles y no de España o del estado español, que han brillado por su ausencia.
El talento y la creatividad españolas se han producido y dado a conocer «a pesar del establishmen» de la nación. El poco interés que las clases dirigentes de nuestro país han tenido por el tema científico y tecnológico ha sido un lastre histórico, que deberá ser remediado por las nuevas generaciones y lo más rápidamente posible.
Los cambios generados en la sociedad por la tecnología solo muestran que las formas de dominación social están cambiando y muy rápido. La necesidad de una formación mucho más cercana a la realidad, de la recuperación de valores que para nuestros padres eran una garantía, (como la palabra dada, la honestidad, el valor del trabajo, de la admiración y el soporte al que se esfuerza), de darnos cuenta colectivamente que tenemos un país por el que merece la pena luchar, debería estar en la primera página de cualquier político con alguna visión de futuro.
Sin embargo, cada vez me creo menos que en nuestro país este cambio pueda venir desde arriba. Es la sociedad civil, las empresas, las personas, las que deben de ganar peso en la vida diaria de nuestro país. Tenemos grandes pensadores, filósofos, escritores, sociólogos, que tienen una visión coherente y sólida de España, que debe ser dada a conocer.
Sin esa visión, sin el apoyo social que debe engendrar, quienes producen riqueza en nuestro país, esto es los emprendedores, los industriales, los técnicos y los científicos, trabajan sin protección y sin red. Debemos creérnoslo nosotros antes de venderselo a un tercero. España merece la pena.
Si durante muchos años hemos progresado sin esa red, no quiero imaginarme donde estaríamos como nación, si hubiese habido gobiernos con visión de España a futuro, y con un proyecto real de país que trascienda los míseros 4 años de mandato. Necesitamos estadistas y no mitineros.

Termina una era y comienza la incertidumbre

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Trabajando sobre termoplásticos en la FIDAMC

Este blog no quiere tratar temas políticos, pero es indudable que la política nos afecta y mucho. Creo sinceramente que la ciencia y la tecnología bien aplicadas son un gran beneficio para la humanidad, aunque todavía tenemos que resolver multitud de problemas. También pienso que España no puede dibujar su futuro sin estar dentro de Europa, y si queremos estar en este club, debemos hacerlo en los puestos de cabeza.
Occidente debe su influencia en el mundo a sus soluciones tecnológicas. Nuestra capacidad de innovación ha cambiado las condiciones de vida de miles de millones de personas, y seguirá haciendo en el futuro, y de una forma acelerada.
España ha demostrado a pesar de una evidente escasez de medios y del desinterés general de la clase política, que tiene talento para aportar soluciones e ideas que ayuden a crear este futuro.
Las inversiones en I+D+i han sido escasas, pero cuando se han hecho, han dado un gran resultado. El consenso de la industria en este momento es que tenemos que volver a abrir el grifo de ayudas a la innovación (que nunca debió cortarse), si queremos estar en los vagones de cabeza.
Hoy acaba de tomar posesión un nuevo gobierno en España, con la Innovación elevada a Ministerio por primera vez, y de la mano de un astronauta. Es una buena señal, pero hay que hacer mucho más: desbloquear fondos muy necesarios, presentar de una vez un plan estratégico para la industria, señalar de forma clara que sectores son los que van a ser apoyados y cual es la razón, ayudar fiscalmente, y de forma más decidida a las empresas que innoven, lanzar una acción conjunta para que industria y universidad trabajen coordinadamente con el fin de que la universidad se convierta en un generador de innovación para las empresas…. Son muchas cosas, pero por alguna se debería empezar, o todo se quedará de nuevo en una buena señal.
En un mundo tan complejo como el actual, con intereses globales por parte de nuestra industria, nuestros gobiernos deberían emplear a expertos independientes, tal como ya hace la propia industria, y comenzar a dar respuesta a los numerosos retos que tenemos. El primero es coordinar todas las políticas que afecten a industria, educación e innovación con las distintas comunidades autónomas, de forma que la inversión estuviese ordenada y coordinada, y no se duplicase, y asegurar que los resultados de estas inversiones estuvieran disponibles para toda la industria española.
La innovación es una forma de entender el mundo, y en España estamos todavía lejos de lo que significa este concepto a nivel país. La comunicación y la pedagogía tanto de la industria como del gobierno hacia los gobernados en este sentido es una asignatura pendiente y cada vez más necesaria. Este es un pacto de estado al que deberían acceder los principales actores políticos y sociales, cuanto antes mejor. Se trata de un acuerdo estratégico que debería colocar a España en la vanguardia de los países innovadores a medio plazo. La inversión necesaria es una fracción de lo que se dedica a menesteres con más glamour, pero sin ningún resultado práctico. Estamos hablando de cientos de millones anuales que generarían miles de millones a los pocos años, un incremento del empleo y de su calidad, un aumento de las exportaciones, del prestigio y del peso específico de nuestro país no solo en Europa, sino a nivel mundial.
En definitiva, sería una apuesta por el futuro que debemos hacer, o simplemente, otros la harán, y España se quedará de nuevo rezagada de forma irremediable.