El 27 de septiembre de 1909 volaba por primera vez el Short número 2. Se trataba de un biplano, muy parecido a los que construía Wright en aquellos momentos, y que había sido pedido por Lord Moore-Brabazon con la intención de ganar un premio de 1.000 libras esterlinas, ofrecido por el Daily Mail, al primer avión de fabricación británica que volase un circuito cerrado.
Cuando el avión estuvo listo, el motor previsto, un Green de 60 CV, no había llegado, por lo que se le equipó con un Vivinus recuperado de uno de los biplanos Voisin de Lord Brabazón. De esta forma el avión realizó su primer vuelo el 27 de septiembre en Shellbeach, en la isla de Sheppey, donde se encontraba el Royal Aeroclub y los talleres de Short. En el segundo vuelo el aterrizaje no fue muy ortodoxo y el aeroplano sufrió ciertos daños.
La reparación y el mal tiempo retrasaron el vuelo para conseguir el premio hasta el 30 de octubre. Para ese momento, el motor encargado ya fue instalado en el avión, que cumplió perfectamente con un vuelo hasta un poste situado a media milla y regreso al punto de partida. El premio estaba ganado.
Pocos días después, y haciendo gala de un muy particular humor británico, respondió a un reto que decía “los cerdos no pueden volar”. Lord Brabazón y su pasajero, un cerdito en un cesto, realizaban un vuelo de más de 5 km, campo a través, desacreditando completamente a quienes se habían negado a reconocer esta facultad al cerdito.
En marzo del año siguiente consiguió la Copa Michelín del Imperio Británico, con un vuelo de más de 30 kilómetros, más corto de lo que pretendía al romper el motor. El avión dejó de volar al adquirir Lord Brabazon un Short 27, un aeroplano más avanzado.