El 25 de abril de 1955 vuela por primera vez el FFA P-16, un prototipo de cazabombardero fabricado enteramente en Suiza, pensado para sustituir a una serie de modelos de motor de pistón, ya muy obsoletos. Aunque el gobierno suizo pasó un pedido de 100 unidades, estas no se llegaron a concretar, debido al accidente de uno de los prototipos. Suiza prefirió la compra de Hawker Hunter. Solo se produjeron cinco P-16.
La compañía Flug un Fahrzeugwerke Altenrhein (FFA) decidió en 1947 comenzar el desarrollo de un cazabombardero con cierta capacidad supersónica, y con la particularidad de poder ser desplegado en las bases remotas y semipreparadas que abundan en el país alpino. El P-16, por ejemplo, podía despegar y aterrizar en solo 350 metros, incluso a gran altura. Esta especial característica de Suiza siempre ha estado presente en sus compras de material aeronáutico.
En 1952 se pidieron dos prototipos, el primero de los cuales se perdió en un accidente el 31 de agosto de 1955. El segundo prototipo superó la barrera del sonido, y se firmó un contrato para 4 aviones, designados Mk II, que diferían de los primeros prototipos en tener un motor más potente Armstrong Siddeley Sapphire 7. Durante 1958 se firmó un contrato para 100 aviones de serie. Sin embargo, el primer aparato de preproducción también se perdió en un accidente, lo que supuso un golpe definitivo al proyecto. Suiza rompió el contrato.
FFA no se dió por vencida y decidió continuar el desarrollo del avión, completando dos aviones más, que se conocieron como Mk III, con mayores capacidades aire – tierra. A pesar de los esfuerzos comerciales, no se encontró comprador para el modelo, por lo que el programa se interrumpió en 1960.
William Lear participó en el programa P-16, ya en sus últimas fases. El fabricante del avión de negocios LearJet nunca negó ciertas similitudes de su Lear 23 con el P-16, aunque las diferencias eran sustanciales, sobre todo en las configuraciones de ala y cola. Sin embargo, los historiadores siguen pensando que Lear debe mucho de sus diseños al P-16, y de ahí la fama de que los primeros Lear Jet de negocios, se pilotaban como un caza.