La noche del 19 de enero de 1915 pasará a la historia como la primera que vivió un ataque aéreo directo de los alemanes a Inglaterra. Los dirigibles de la marina alemana L3, L4 y L6, abandonaron su base en Fuhlsbuttel, Hamburgo, la mañana anterior con dirección a Inglaterra. Su intención era bombardear Humberside, entonces un centro industrial importante.
Cada dirigible transportaba unos 700 kilos de bombas y bombetas incendiarias, con combustible para 30 horas de vuelo, y una velocidad de hasta 120 km/h, estaban tripulados por 16 hombres alojados en góndolas bajo 21.000 metros cúbicos de hidrógeno, altamente inflamable, dentro de una envoltura de unos 170 metros de longitud.
Al poco de comenzar el viaje, el L6 se vio forzado a dar media vuelta por problemas técnicos, y en la oscuridad del Mar del Norte, los dos restantes decidieron abandonar su objetivo original y se dirigieron a la costa de East Anglia.
El L3, pilotado por el capitán Johann Fritz, lanzó nueve bombas sobre el pueblo de Peter’s Plain, dañando varios edificios y matando a dos personas, además de herir a varias más. El L4, pilotado por Magnus von Platen-Hallermund nevegaba sobre King’s Lynn, donde arrojó sus bombas. Dos personas más fallecieron.
La reacción británica fue menos fuerte de lo esperado, aunque enseguida hubo la consabida campaña de propaganda contra los “bárbaros” que mataban población civil. Las tripulaciones de los dos dirigibles que lanzaron el ataque fueron condecoradas con la Cruz de Hierro. Sin embargo, no sobrevivieron a la guerra. Ambos dirigibles se perdieron en una tormenta de nieve cerca de Jutlandia.
Este fue el primero de varios miles de “raids” que durante la primera guerra mundial causaron 4.822 bajas, incluyendo 1.413 muertos. Los Zeppelin lanzaron alrededor de 2.700 toneladas de bombas, mientras que los aviones de largo alcance hicieron el resto hacia el final de la guerra.
Excelente Articulo
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