I-26. El padre de todos los monomotores Yakovlev de caza.
El 13 de enero de 1940 surcaba por primera vez el aire el Yakovlev I-26, el prototipo de caza ligero que daría origen a una prolífica producción de cazas, como el Yak-1, Yak-3 y el Yak-7. En total, de todas las versiones, se llegaron a producir 43.000 ejemplares. Alexander Yakovlev fue reconocido con la Orden de Lenin, un premio de 100.000 rublos y un coche.
I-26 prototipo.
El I-26 no estaba exento de problemas, debido a los caóticos sistemas de producción en la URSS durante la guerra. Entró en competición contra el I-200, futuro Mikoyán y Gurevich MiG-3 y el I-301, futuro LaGG-3. Todos entraron en producción durante la guerra y formaron la columna vertebral de la caza rusa en ese periodo.
Reaprovisionamiento en tierra de un Yak-1
El producto de Yakovlev se beneficiaba de su experiencia en la fabricación de pequeños aviones deportivos. Era ligero y muy maniobrable a baja altura. Se considera que el Yak-1 era superior al Me-109E, y prácticamente igual al Me-109F, sobre todo a baja altura. Sin embargo, su armamento era muy ligero, en comparación y sufría de problemas crónicos en la refrigeración del motor.
Prototipo Yak-1b
Se ordenó su producción el 19 de febrero de 1940, solo un mes después del primer vuelo. Las consecuencias fueron desastrosas: Más de 8.000 cambios se realizaron en los planos durante 1940, cerca de 7.000 en 1941 y aún en 1942, unos 5.000. Esto hizo la producción lenta y caótica. Legaban piezas que no encajaban y debían ser trabajadas a mano, con lo que cada avión era distinto, y en su mayor parte, las piezas no se podían intercambiar. La calidad de cada máquina era distinta. La que salía buena era una maravilla, pero necesitabas bastante suerte.
Yak-1b
A pesar de todo, los cazas Yakovlev eran muy queridos por sus pilotos, gracias a su potencia de motor y ligereza del avión. Esto le confería gran maniobrabilidad, y aunque estaban ligeramente armados, era suficiente para las peleas entre cazas. Era más complicado a la hora de enfrentarse a bombarderos, más protegido. Los defectos de fabricación antes mencionados y la acción enemigo produjeron la pérdida de más de 3.300 cazas Yak durante la guerra.
Los diversos prototipos fueron origen de todos los cazas Yakovlev de la guerra. El I-28, con motor Klimov M-105PD sirvió de base para los Yak-7 y Yak-9. El I-30 originó el Yak-3. El I-26 original se convirtió en el Yak-1 y luego en el Yak-1b. El UTI-26 era un entrenador de control dual y como caza, el Yak-7UTI.