El 15 de marzo de 1945, pilotado por Bernard Lefebre, hacía su primer vuelo en el aeródromo de Bordeaux-Merignac el SNCASO SO.3050, un pequeño monomotor para un piloto y su pasajero lado a lado. Fue desarrollado por el ingeniero Chevignon durante la ocupación, y tiene la distinción de ser el primer avión francés que voló después de la liberación del país, incluso antes de terminar la guerra.
Solo se construyó un ejemplar, propulsado por un motor Renault 4Pei, de 140 CV, tenía un ala baja y la cabina, profusamente acristalada era bastante prominente. El tren de aterrizaje era fijo. No se siguió adelante, quedando en prototipo único. Las condiciones económicas francesas no aconsejaban el lanzamiento de un avión de este tipo.