El conde con algunos de sus diseños
Si preguntamos a alguien quién era el Conde Alexis de Sakhnoffsky, muy pocos serían capaces de imaginar lo que supusieron los diseños de este inmigrante ruso en Estados Unidos, entre los años 30 y 40. Forma parte de la generación de los cuatro grandes diseñadores industriales americanos de la época: Raymond Loewy, Norman Bel Geddes, Henry Dreyfuss y Walter Dorwin, y todos ellos tienen mucho que ver con lo que en Europa entendemos por “el sueño americano”.
Cord L-29 Special Coupe. 2,4 millones de dólares en subasta.
El diseño inundó la vida diaria de los occidentales, primero con el Art Nouveau, el Art Decó, donde Estados Unidos creó su propio movimiento, y a partir de aquí el movimiento artístico se trasladó al diseño industrial. En Europa es la Bauhaus, y en Estados Unidos el movimiento Arts and Crafts y un puñado de individuales, que hicieron soñar con un futuro de velocidad, donde la tecnología solucionaría todos los problemas.
Camión White, diseñado por Sakhnoffsky, para la cervecera Labatt.
Sakhnoffsky emigró a Estados Unidos al ser contratado por la compañía Hayes Body, que diseñaba carrocerías especiales para las grandes marcas de automóviles. Sakhnoffsky ya se había hecho un nombre en el diseño de automóviles deportivos en Europa, pero en Estados Unidos dejó unas cuantas de obras maestras y sus diseños aerodinámicos se aplicaron a diversas disciplinas.
La radio Emerson «Mae West», por razones que saltan a la vista.
El Cord L-29, diseñado por el, pieza única, se vendió en una subasta por 2,4 millones e dólares, Pero quizá sus piezas más conocidas son los camiones de cerveza White para la marca Labatt. Sakhnoffsky diseño el primer camión completamente aerodinámico, y el primer autobús aerodinámico con aire acondicionado.
Diseños de interiores de automóvil para la revista Esquire en 1946.
Pero además es el del reloj “Curvex”, muy de moda en los años 30, o de la radio “Mae West”, por razones visibles, que hoy son piezas de colección.
Después de la segunda guerra mundial, siguió su carrera y se asoció con Tucker, para el que diseñó un deportivo llamado “Carioca”, que fue financiado por inversores brasileños. Tucker murió de una neumonía complicada con cáncer, y el proyecto no llegó a fructificar. Sakhnoffsky siguió realizando diseños de muebles, y diferentes aparatos para el hogar, además de ejercer como editor técnico para la revista Esquire, hasta los años 60.