El 18 de noviembre de 1944 volaba el primero de los cuatro prototipos del Mitsubishi Ki-83, un caza pesado destinado a combatir a las olas de bombarderos norteamericanos que asolaban Japón. El Ki-83 fue diseñado por Tomio Kubo, el padre el Ki-46, un bimotor de reconocimiento en servicio en el Ejército japonés.
El Ki-83 demostró desde el primer momento ser muy maniobrable, a pesar de su tamaño. Montaba un armamento pesado compuesto por dos cañones de 30 mm y dos de 20 mm, pensado para objetivos protegidos, y era capaz de grandes velocidades, alcanzando los 700 kilómetros por hora, con un alcance de 2000 kilómetros.
El prototipo no estuvo exento de algunos problemas, principalmente de vibración en el conjunto de cola. Esto obligó a instalar refuerzos en el timón de profundidad. Japón estaba preparando su producción en serie cuando se produjo el final de la guerra con la rendición nipona, el 15 de agosto de 1945, y había solicitado 39 ejemplares de serie, algunos para la marina, lo que demuestra sus interesantes prestaciones.
El Ki 83 fue mantenido en secreto, y los aliados tenían muy poca información de este proyecto. Los norteamericanos capturaron uno de los prototipos y lo enviaron a Estados Unidos para su evaluación. Durante las pruebas alcanzó los 762 km por hora, a una altitud de 7.000 metros cuando se usaba gasolina de alto octanaje. El Ki-83 fue probablemente el avión de combate más avanzado que Japón construyó durante la guerra.
