Es la aerodinámica, estúpido

Muchas veces nos hemos preguntado porqué se tarda tanto en el desarrollo de un nuevo avión. Cada vez más tiempo, y más dinero, y no parece que los aviones sean tan diferentes unos de otros. Y si pasamos a las cargas que se llevan externamente, otro tanto de lo mismo.
Este es un video con una pequeña compilación de «problemas» a la hora de jugar con cargas externas. Una respuesta a la necesidad de pruebas exhaustivas, y un homenaje a pilotos e ingenieros de vuelo, que se juegan la vida en numerosas ocasiones poniendo aviones y sus elementos al límite, para que los demás podamos volar seguros.

Primer vuelo con traje presurizado

Primer vuelo con traje presurizado

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Wiley Post con su traje a presión

El 5 de septiembre de 1934 Wiley Post alcanzó una altitud de 40.000 pies (12.200 metros) sobre Chicago. Post estaba experimentando el primer traje presurizado, precedente de los actuales y de los que utilizan los astronautas. Eventualmente alcanzó los 50.000 pies (15.240 metros).

wiley post y FRank Willys
Con su patrocinador, Frank Phillips

A comienzos de año, con el apoyo financiero de Frank Phillips, dueño de la Phillips Petroleum Company, Post comenzó a interesarse por los vuelos a gran altitud y larga distancia. Junto a Russell Colley, De BF Goodrich Company desarrolló el que fue el primer traje presurizado práctico. Post utilizó el tercer traje en sus vuelos.
El primero no soportó las pruebas de presión. El segundo era tan estrecho que hubo que cortarlo para que Post pudiese desembarazarse de él. El tercer traje fue un rediseño de los dos anteriores. Estaba compuesto de tres capas y una escafandra en forma de cilindro con una ventana frontal circular. Podía incorporar auriculares y un micrófono de laringe.

Wiley post presure suit
Dirigiéndose a su avión, un Lockheed Vega llamado Winnie Mae

El español Emilio Herrera estaba trabajando en un proyecto más ambicioso, un traje espacial, que llegó a presentar en 1935. El estallido de la guerra civil española dio al traste con este desarrollo. La NASA ofreció años más tarde trabajo a Herrera, pero este no quiso abandonar España.

Don Emilio Herrera junto a su «traje estratonáutico», predecesor del traje de astronauta.